Sunday, October 15, 2006

EL SILLÓN

Me senté en un sillón y seguí fumando. Me hacía falta pensar, pero no me apetecía pensar. Me apetecía sólo estar allí, fumando, contemplando el billar con aquella extraña combinación geométrica que las bolas habían formado en el paño y que yo debía superar. Y la extraña trayectoria que mi bola tenía que describir para alcanzar la bola del adversario me parecía una señal: era evidente, aquella parábola imposible que tenía que conseguir en el billar era la misma parábola que estaba llevando a cabo aquella noche, y así hice una apuesta conmigo mismo, aunque no era exactamente una apuesta, sino más bien un conjuro, un exorcismo, una petición al destino, y pensé: Si lo consigo, Isabel aparecerá, si no lo consigo, no volveré a verla nunca más.

Antonio Tabucchi, Réquiem, 1991 (fragmento).

0 Comments:

Post a Comment

<< Home