Friday, February 16, 2007

PINOCHO

pour toi, mon cher salaud

Pinocho, dime ¿por qué?
dime ¿por qué me mentiste así?
y me dejaste esperando en el jardín
colorida y perfumada,
ansiosa de recorrer cada rincón de tu casa,
de dejar mi cuerpo estampado contra la pared.

Pinocho,
¿por qué, si te cansaste de mí,
prometiste que jamás te crecería la nariz?

Ojalá vuelvas hasta aquí
náufrago y víctima de vicios extraños
alcohólico y enfermo
con tu piel de maderita apolillada
y los testículos hinchados.

Mohoso y olvidado,
yo te espero
mientras tanto, huiré de Gepetto
y de su sexo senil...

Te espero, y mientras tanto
volveré a las fiestas,
moveré la cintura, las caderas
y fingiré que soy feliz.

Repartiré besos
a pequeños desconocidos, como tú,
para quitarles el dinero y el alcohol,
y en mi extasiado delirio, soñaré contigo.

Esperaré a que vuelvas…
Chico madera, de baja calidad.
Al menos, con los restos de tu cuerpo diminuto
me haré una cama
y te sentiré debajo de mi almohada.

Sé que vendrás a mí,
cuando comiencen a comerte las polillas
Porque sabes que me gustan las reliquias,
recuerdos que colecciono junto con mis caprichos; los juguetes viejos.
Josefina Jimenez, Pinocho viejo.

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